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La prisa es la enemiga del alma, resta tiempo al autoconocimiento.

Article escrit per Ariadna Pey, col·laboradora de feliciCat (Institut Català de la Felicitat).

Todo lo que ayer no fuiste capaz de comprender hoy es más inherente a tu persona. Los deseos y miedos que forman nuestra mente y pensamiento nos liberan, pero a la vez nos hacen ser prisioneros de un destino que aún está por escribir.

El tiempo avanza sin dejar escapar nada, ordenado y compuesto por las leyes de la naturaleza, y tú, mientras tanto, preocupada en aspectos que no dependen de ti. Este tiempo que hoy es y mañana deja de existir, en el momento que lo pensamos, es tiempo que no retorna. No ocupes tu tiempo buscando la felicidad absoluta, ya que es inestable e imprecisa. Encuentra la fuerza y voluntad necesarias para comprender todo lo que confluye en ti. Cuando accedas a tu interior habrá momentos que puedas sentirte incómoda, tranquila, es el camino hacia el autoconocimiento. Y, amiga, sin este propio autoconocimiento serás incapaz de encontrar tu razón de ser. Date el permiso y el privilegio de acceder a la vida emocional, a captar la gama de sentimientos y emociones que dibujan ahora este embrollo emocional. Sólo ahora es un amasijo. Parar para entenderlo y, sobre todo, por entenderte.

«Encuentra la fuerza y voluntad necesarias para comprender todo lo que confluye en ti.»

• Navegar sin mapa y sin hacer ningún tipo de discriminación. No formules ninguna idea preconcebida. Detecta tus pensamientos más profundos, sumérgete sin preguntar. Y, sólo cuando hayas sido capaz de nadar entre la profundidad racional y emocional, encontrarás la manera de salir de ella.

• Averigua el sentido esencial de todo lo que converge en tu mente. Sé capaz de adjudicar a cada pensamiento una funcionalidad. Pues el contrario, si los pensamientos o ideas carecen de función, limitan nuestra proyección obligando a nuestra persona a dedicar tiempo a lo que no nos resulta eficaz para la consecución de nuestros objetivos. No destines demasiado tiempo en estos pensamientos. Dedica tu tiempo a buscar la solución, o bien, a encontrar pensamientos que sí que ayuden en el camino de la vida.

• No tengas prisa por llegar a vivir el mañana, es papel mojado y nadie nos puede asegurar con certeza su continuidad. No tengas prisa en crecer. Cuando te quieras dar cuenta pasarán diez años y todo seguirá cambiando, ya que es natural el cambio en nuestra realidad.

 

El cambio significa que estamos vivos. Por lo tanto, ¿avanzamos para mejorar?

Ahora bien, este proceso de identificación de pensamientos y emociones no tiene otro nombre que el de inteligencia intrapersonal. Sin autoconocimiento no hay comprensión de la realidad. Y si no somos capaces de comprender lo que vive y convive con nosotros, difícilmente podremos hacernos entender. Porque antes de estar dispuesta a comunicarte con tu yo interior debes tener la plena voluntad de querer hacerte comprender. Una comunicación sin voluntad comprensiva carece del total sentido que se le ha otorgado.

«Sin autoconocimiento no hay comprensión de la realidad.»

Pues, la única funcionalidad del acto comunicativo es la de comprendernos. Y, lo más importante de todo, si queremos vivir una vida con total significado, debemos buscar, ante todo, la comprensión en nuestro interior. Conocer en detalle lo que sentimos y también lo que no somos capaces de sentir. Porque la definición siempre es dual: positiva y negativa. Podemos definirnos por lo que somos, pero también lo podemos hacer fijándonos en lo que no somos. Y reconocer ambas partes es la premisa para poder disfrutar de una vida significativa. 

«… la única funcionalidad del acto comunicativo es la de comprendernos.» 

Dentro de diez años, veinte o treinta, habremos cambiado pero siempre habrá algo dentro de nosotros que nos permitirá reconocernos; la esencia. Y esta esencia no es más que la profunda voluntad de entendimiento propio, de la exacta definición del ser y de la comprensión absoluta que vivir significa convivir con todo lo que es inherente, que forma parte de nuestra naturaleza. Abarca todo lo que forma parte de la naturaleza de tu ser, hazlo con convicción. Dedica tiempo a abrazar cada pensamiento, a desgranar hasta llegar al pensamiento virgen, aquel que es inocuo. Construye de nuevo y aprende, a lo largo del tiempo, que eres tú quien domina la mente y no al revés.

Cuando hayas logrado este primer paso que incluye la autocomprensión, serás capaz de regalar tu mejor versión en el entorno que te rodea. Disfrutarás con plenas facultades de las fortalezas y debilidades que te configuran, las aceptarás y lucharás para que puedan jugar a tu favor.

Recuerda, la prisa es una invención de la sociedad moderna, incapaz de detenerse a preguntarse, incapaz de observar y cultivar el interior para una correcta comprensión del exterior. La prisa, desde un inicio, nos ha obligado a no comprometernos con nosotros mismos, descuidando cada pensamiento y, lo que es más grave, activando una total ceguera emocional para evitar el sufrimiento. Pero queriendo evitarlo hace que lo potenciemos aún mucho más, y no nos damos cuenta de que donde hay sufrimiento hay incomprensión. Y, sólo de la oscuridad somos capaces de extraer un rayo de luz, nuestro rayo. Aquel rayo inalienable. Ama, comprende y, sobre todo, dedícale tiempo.

Sólo cuando te falte tiempo serás capaz de valorar lo que se te escapa y lo que es más preciado; ¿es el tiempo presente?

A continuación, exponemos una infografía con las claves para poder avanzar hacia el autoconocimiento y la autocomprensión.

Infografia-Autoconocimiento-CAST.png

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